21.8.06
agosto en oax
este mes mi crónica oaxaqueña trae subtítulo a elegir :

a) ser o no ser un hijo de puta
b) exorcismos
c) para evadir el centro

y epígrafe :
el grito es otra mercancía

(mayra santos-febres)


tryno manchó de chocolate mi texto, luego enmarcó en un círculo la mancha y le anotó “chocolate”: qué hijo de puta. alvaro es un hijo de puta por haber dibujado un cochecito en la última página; luis por creer en la poesía; pynchón por cuestionar cada uno de mis ataques de risa. gabriela es una hija de puta por cómo juzga a los hijos de puta que le estropearon su performance. yo soy una hija de puta porque no hablo de literatura y siempre me acabo el café comunitario. fredy es un hijo de puta por faltar y augusto por llegar siempre a tiempo. tlachi es un callado hijo de puta.

los josdeputa vendedores de mezcal taparon mal las botellas y el mezcal -triple hijoeputa- se vació en mis pies. los maestros son una bola de hijos de puta por bloquear el zócalo y el gober es el máximo hijo de puta por no dejar de ser el gober.

el iago es un recinto de lo más hijoputesco que puede haber: galante y funcional. allí presento a bellatin que además de inteligente, el hijoeputa es famoso: en el público unos cien hijos de puta lo escuchan atentamente. el choloscuincle de la tercera fila es un pobre hijo de puta que a lo mejor alguien se va a comer.

yo soy la más grande hija de puta por putear a todo el mundo sin decir por qué.

pues bien, esto se llama exorcismo y dice así: las puterías comienzan en el momento en que termina el taller.

buen fin de semana en el taller. evadimos a toda costa el centro de oaxaca, lo que nos lleva a leernos con atención desde la san agustinesca periferia.

cuando leo mis capítulos la banda opina, critica, me ayuda. mario me hace una lista de temas abiertos que planeo pegar en mi pared. todo me infunde unas grandísimas-hijas-de-puta ganas de escribir y ¿no es ése el anhelado epicentro de todo esto?

en el momento en que termina el taller, leonardo abre espacio para un "diálogo" que él mismo se encarga de clausurar cuando a gritos y ya de pie se permite expresar su opinión sobre una de las talleristas: "es una hija de puta".

tras despedirnos enfilamos en auto hacia puebla. estamos molestos y es ahí que todo degenera. nuestra crítica deviene retórica y ya estamos diciéndonos hijo-de-puta a cada rato. alguien quiere hacer pipí: hijo de puta. alguien pone el disco equivocado: hijo de puta. alguien prende un cigarro: hijo de puta. ponemos la fantástica rola de "yo soy un niño caníbal" y no podemos evitar modificarla por "yo soy un hijo de puta". en algún momento les digo a todos que el nuevo tic léxico puede tornarse problemático cuando llegue a mi casa: está mi madre de visita y no quisiera llegar a llamarla hijaeputa ni por error.

llego a casa y el duende está dormida. me desiluciono levemente pero hay otras sorpresas: se ve que pasó el tac por aquí porque yacen en mi piano diez ejemplares de la nueva lenguaraz. tan rosa-chulo-sexy, su número de verano, recién salidito del horno.

hay también un sobre grande amarillo. remitente: tza. lo abro y salen el tijuanesco "existir" y un libro que hace mucho quiero: "tercer mundo", de santos-febres. recuerdo la primera vez que lo leí. volvía de ensenada y escribí en el blog un largo texto intoxicada. qué hijo de puta, el tiempo: hace dos meses me inspiraba en poetas y hoy me armo el post a partir de un insulto barato y por ningún lado original.

me leo la lenguaraz y un rato a la mayra. prendo la compu. jeanda es un hijo de puta porque ya sólo lo veo en el messenger. paty lo es por mandarme su columna y kuan por no mandarme la suya. tere por mandarme regalos en su cumpleaños. alvaro por regalarme su libro y héctor por no darme el suyo. mi bonsái es un grandísimo hijo de puta por dejarse morir en unos días. selene se despierta con el ruido de mi desempacamiento. le resumo el fin de semana. se queda dormida cuando estoy llegando al coche y cómo todos nos convertimos en hijos de puta. quizás no es tan gracioso.

escribo todo esto y decido que iré a hacer lo que hace mi madre: dormir

dormir con la alegría de creer que este fin de semana sí hicimos literatura; con la confesión de no tener gran cosa qué decir sobre oaxaca porque el miedo me hizo no acercarme a más de tres cuadras del conflicto; dormir con la tranquilidad que otorga saberse un no-hijo-de-puta y con la innecesaria aclaración de que tampoco lo son, ni por error, ninguno de los que hoy así llamé.

excepto quizás quien disparó esta ola: nos la debe a la banda en general y a la agraviada en particular. y también porque sé que aguantaría vara.

por último, rescatemos las honrosas excepciones del gober y del choloscuincle: hijos de perra uno por terco, el otro por genética.
 
dijo Laia Jufresa en punto de las 00:49 ¤