18.5.08
call me "lady chalana"
Este fin de semana dio inicio nuestro programa Enchúlame la bodega. Constó de interesantes actividades tales como tirar pintura humedecida (ya no queda duda: en algún momento de su historia la bodega fue víctima de una inundación), lijar, resanar, pintar, tumbar pinturaybarniz -jo qué violento es el puto removedor- pintar más, traer plantas de nativitas, traer una tarja de la portales, quitar muebles bodeguísticos y convertirlos en muebles casísticos, arrancar lámparas, quitar vidrios rotos, etcétera.

Participaron, ante todo, los tres mosqueteros: Melquiades, José Luis y Juan. Son hermanos y sin ellos este programa, simplemente, no hubiera sido. Los conozco desde que tengo 7 años. Vinieron desde Xico. Me preguntan que si algún día voy a regresar a La Pitaya. Les digo que no, pero que soy feliz de haber crecido junto al río. José Luis dice que tal vez se venga al DF. Tiramos el tarot para ver qué tal le iría. El tarot dice que bien. Luego pintamos otro poco. Como yo encabezo las expediciones por nuestros cuatro cafés, ya sé cuántas de azúcar le pone cada uno. Estoy deeply agradecida.

Enchúlame la bodega tuvo un subprograma, llamado Adopta una puerta o ventana. A éste acudieron Ny, Mils, Aletz, Pau e Iván. Pero la lijadora que Aletz llegó muy chicho a presumirnos, murió en cinco minutos. (Mi pésame). Paula e Iván venían muertos de escalar. Ny y Mils sí adoptaron su puerta cada uno. Aletz y yo lavamos muchas repisas en el patio. (Aaaaaah el biuuutiful patio!!!) También, claro, la China y el Duende adoptaron múltiples ventanas y las dejaron cuquísimas.

El Duende, de hecho, basicamente había encabezado este programa; hasta que se regresó a Xalapa. Antes de irse elaboró una pequeña ceremonia. Me hizo arrodillarme y con un objeto extraño me tocó la cabeza. Luego dijo:

"En el nombre de Mau
te declaro Chalana"

Mau era mi bisabuela. Yo no la conocí más que por la reputación albañilesca. Y es que en mi familia, casi todo el mundo padece el "Síndrome de Mau". El síndrome consiste en una obsesión constante y sonante por la construcción, reconstrucción, remodelación, etcétera. Nunca hasta hoy me había sentido tan oficialmente portadora del síndrome. Espero ser una digna heredera.

Después, el Duende retiró el objeto de mi cabeza y me lo entregó como símbolo de mi nombramiento. Ahora está siempre en mi bolsillo:
(Lo rojo en mi mano no es sangre, sino pintura. Hay un par (sólo un par porque todos estábamos demasiado ocupados) de buenas fotos del Enchúlame la Bodega, pero el cablecito de mi cámara, como casi toda mi existencia, ya está empacado... Y no tengo la más pálida idea de en dónde. Como casi todo en mi... etc).

Toy simplemente muerta. Y mañana tengo que conseguir el piso pa la cocina, encontrar un plomero, llevar más cemix, transportar tabiques, conseguir más estopa, pintar más muebles de rojo etc etc etc etc. Pero soy Chalana y los chalanes no se rinden. He dichum.

Continuará...
 
dijo Laia Jufresa en punto de las 21:57 ¤