En un inédito arranque de generosidad, Miss Eva Zion Totale decidió celebrar nuestro primer aniversario con un extreme makover. Ya lo dijo el Pats hace años: Laia algún día va a dejar de escribir para dedicarse a su única verdadera pasión: la decoración de interiores. Y es verdad. Pero, por lo pronto, Laia delega.
Así pues, estimado lector, sea tan amable de levantar su trasero del asiento para participar en la ovación comunitaria que se merece el equipo de
Granja, conformado por la oveja Greta, el cerdo Antonio y el caballo Jairo, quienes unieron cabezas, patas y pelajes en la elaboración de este hermoso diseño.
También un aplauso para La China, autora del biutiful batik que hace las veces del header (o sea: el dibujín de la bicla) y pal colaborador
Kuan, encargado de movilizar la tramoya, presionar el botón y jalar la palanca.
Ahora quisiera compartirles algunas de las dichas que el blog me ha dado. Si les da hueva se aguantan, porque es mi primer post meta-bloguístico y no habrá otro hasta el otro año.
Quiero empezar (acá me imaginan en el podio y con micrófono, porfas) por agradecer a todos los comentadores sin quienes esto no sería nada y... (séntida reflexión)... nada sería esto (kleenex)... cada uno de sus comments es una razón más para levantarme cada mañana de mi cama... y esa razón, básicamente, es que no tengo internet inalámbrico (moqueo)... Agradezco también (pausa, sonado definitivo, kleenex al escote, recompostura)... a quienes me han linkiado con tan diversas invitaciones como
horas blog,
el nombre más bonito,
la sirena verde y -my personal favorite-
la polla en vinagre... (acá empieza la musiquita diseñada para acortar speeches y culmino -rimel corrido- al grito de:) ¡A todos los demás gracias también! ¡Gracias! (...aplausos definitivos, closeup a mi mamá llorando en el público, corte a: los comentadores dándose unos a otros palmaditas en la espalda).
Más tarde y más serena, en la conferencia de prensa, l.j. declaró:
Lo enuncia Pekisch durante un ensayo del humanófono:
"Vosotros no venís aquí a cantar una nota cualquiera. Venís aquí a cantar
vuestra nota. No es una nadería: es algo hermosísimo. El tener una nota, quiero decir: una nota toda para uno mismo. Reconocerla entre millares, y llevársela consigo, dentro, y encima. Podéis no creerme, pero yo os digo que ella respira cuando vosotros respiráis, os espera mientras dormís, os sigue adondequiera que vayáis y juro que nunca os abandonará hasta que os decidáis a palmarla, y entonces la palmará con vosotros. Podéis llegar a hacer como si no pasara nada, podéis venir hasta aquí y decirme: querido Pekisch, lo siento, pero creo que no tengo ninguna nota dentro, y marcharos, simplemente marcharos.. pero la verdad es que esa nota está ahí… está ahí, pero vosotros no queréis escucharla. Y eso es una idiotez como la copa de un pino. Uno tiene su nota, que es la suya, y la deja marchitarse en su interior… no… escuchadme con atención… aunque la vida haga un ruido infernal, aguzad los oídos hasta que lleguéis a escucharla y entonces aferradla, no la dejéis escapar. Lleváosla con vosotros, repetíosla cuando trabajéis, cantáosla en la cabeza, dejad que os suene en los oídos, y debajo de la lengua, y en la punta de los dedos. Y si hace falta, en los pies."
Sea. Por muchos año-diseños a venir.