9.4.07
bodega
hay días en que lo único que puedo escuchar son los poemas de villaurrutia que musicalizó jaime lópez y cantó maru enríquez. los tarareo y vuelvo a notarlo: cada uno es a la vez redondo y filo. son días en los que es necesario que alguien más lo llene todo, porque lo tuyo no alcanza. son esos días desgastados, second handed: como si te los hubieran prestado; como si hubieran pasado mucho tiempo en una bodega y un encargado viejo -no sin sopresa, porque nadie más va y mete las narices en las sucias bodegas-, te entregara una ficha y te llevara por pasillos.... el viejo se queda no sin sorpresa mirándote mientras tú eliges, un poco por instinto cuáles días vas a llevarte. los sacas de sus cajas, te los llevas a casa, los desempolvas y cuelgas en una silla para mirarlos pasar como si fueran días nuevos, pero en el fondo sabes que ni son tuyos ni sabrías decirlos. y entonces le das replay a villaurrutia y repites y tarareas y asborbes e intuyes: villaurrutia dijo los días. los días alquilados y los que vendiste demasiado barato, los días ansias de rigor y los días saudade de flojera, los días que te alcanzaron, con su hija de puta prisa imperceptible. pero no tienes reclamo que valga porque, con su prisa y todo, eran limpios, no hubo trampa: llegaron uno después de otro, uno después de otro, uno después de... sin trampa... de todas formas tú intuyes el engaño. tuvo que haberlo. porque quedaste igual, así: insuficiente.
 
dijo Laia Jufresa en punto de las 15:11 ¤