24.8.06
strange days
Hoy por la mañana pasé al así llamado café de Villarreal. Mientras esperaba en la barra a que la señorita preparara mi doblecortao, ella arrancó de un calendario en la pared la hojita del 23 de agosto, comenzó a hacerla rollito y estaba por prenderle fuego cuando yo, presa de la superstición, grité “¡nooo!”

Señorita me miró extrañada.

Es que ayer fue el día más raro de mi vida -intenté justificarme-, ¿por qué lo quiere quemar?

"No, bueno, era para prender la estufa, siempre los tiro pero no los quemo, ni nada de eso...", explicó Señorita un poco apenada, sin entender bien qué era lo que le apenaba.

¿Me lo regala?, insistí.

Ella lo desdobló, lo estiró un poco con las uñas y me lo tendió. Lo examiné cuidadosamente: agosto 23 (el 23 es grande azul, enmarcado en rojo). Miércoles. Luna nueva. Transcurridos 234, 131 por transcurrir. Le di la vuelta y al comenzar a leer los consejos del día le dije a Señorita: mire, está hecho para mí, es sobre morderse las uñas. Acto seguido Señorita me contó la historia de sus uñas, de cómo se las mordió durante años pese a que su madre le daba golpes en las manos para evitarlo. Incluso algunas veces se las mordía mientras dormía. La madre llegó a untarle ajo y hasta chile, pero nada de eso funcionaba.

Mostrándome orgullosa sus ahora impecables uñas, declaró: "en mis 33 años de vida ésta es la segunda vez que logro tenerlas largas." ¿Cómo le hiciste?, pregunté ya sintiéndome en confianza pa tutearla. “Fue por los zapatos, entré a trabajar en una zapatería y ni modo que me lavara las manos después de ayudarle a cada cliente, así que me las dejé de morder”. Tras decir eso se fue a atender a unos clientes y yo aproveché para leer el consejo entero. Transcribo:

BUENOS MODALES

DEL ATRACTIVO PERSONAL

El morderte las uñas, aparte de ser un cuadro muy feo, no te permitirá tener nunca unas manos con el aspecto aseado y elegante que tanto se necesita, ya que son las manos lo que más usamos y lo que más refleja nuestra personalidad. El esfuerzo siempre viene seguido del éxito. Esfuérzate mucho en esto. No te apoyes en las paredes, no es elegante. Las manos en la cintura o los brazos “en jarras”, de ninguna manera hacen lucir a una niña, ni tampoco cruzarlos. Mantén tu posición correcta en todo momento. Cuida mucho de llevar tus medias bien estiradas, ya que arrugadas dan muy mal aspecto. Procura llevar contigo pañuelos para que puedas asearte la cara siempre que sea necesario.

La señorita volvió, me sirvió mi café en un vaso y dijo: “mi mamá nunca me las vio largas, porque ya falleció, ¿le pongo azúcar?

Me caminé todo Liverpool preguntándome cómo es exactamente eso de poner los brazos “en jarras” y si ya alguien le contó a Villareal lo del café y si la madre habría muerto decepcionada, mirándole los dedos mordidos a la hija que le sostenía la mano.

Caminé Liverpool pensando en cómo el 23 de agosto seguirá dándome historias y quizá también una chamba tan bizarra que hasta tendré que dejar de morderme las uñas para hacerla bien. Ya veremos. Por lo pronto anoto que no es bien visto recargarse en la pared.

¡ Feliz santo atrasado a Neón, Asterio y Eleazar !
 
dijo Laia Jufresa en punto de las 23:39 ¤