5.6.06
junio en oax
El Zócalo de Oaxaca tapizado de maestros. Pynchón dice que es así cada mayo, que ya nada los sorprende. A mí sí.

Las calles y la plaza están cubiertas de tiendas de campaña. Grandotas, medianas, chiquititas. En mi ingenuidad barata contrastan los honguitos plásticos (mundo costco) con las cartulinas que los cubren (mundo papelería de la esquina). En las cartulinas, a mano, se han escrito los datos, los “hechos”, las peticiones, las consignas. El todo es protegido por lonas amarradas con cuerdas. Las cuerdas son de colores, obligan los nuevos caminos. Los más altos se dan de topes con ellas. Siempre es gracioso ver a un alto rebotar.

De noche, en las esquinas, las cuerdas bajan fortificando el campamento y algunos maestros montan guardia. Al principio no quieren dejarte pasar. Ándele, vamos aquí nomás, e intentas no hacer ruido porque los maestros duermen en su faceta de orugas, tendidos en el espantoso nuevo piso, cortesía del gober (¿y la cantera verde? Nadie supo…) Los maestros son mantas de cuadritos apiladas en línea, durmiendo entre la lluvia y aquí vienen los intelectuales a decir que cómo es posible que estén durmiendo en vez de estar leyendo! Que qué clase de ejemplo quieren dar.... Me pierdo.
¿De qué me pierdo?
¿De qué me estoy perdiendo todo el tiempo en mi burbuja desde la cual sería tan fácil decir: pinches maestros, o, incluso más facil: tienen razón, sus sueldos son tan bajos…? ¿Es responsable o irresponsable mi clara tendencia a no enterarme y no opinar?

Me pierdo para llegar al Central pero da lo mismo porque la presentación empieza casi dos horas tarde. Don Dani se rifó con el video y la presentación sale bien. Al día siguiente salimos en el periódico. Nos emociona ver la foto. Un Pony, un Tac, un Fela, una Bianca, un Lalo y una Laia. La foto es oscura. Brille Lenguaraz.

Oaxaca está inundada. El baño del Central está inundado. Al tercer mezcal confieso haber abierto un blog. Los maestros duermen. Nosotros bebemos, bailamos, vamos de un bar a otro sorteando los charcos, saltando los capullitos tejidos que son el profesorado. No pensamos mucho
e insistimos:
al día siguiente presentamos Lenguaraz en el IAGO, junto con “Viena Roja”, del Tryno. Leo el texto pegada al micrófono, me tiembla el cuerpo pero no tanto la voz. Me caga temblar. Mi texto me gusta, pero cuando resuena en micrófono voy aceptando internamente su mamonería tira-netas en ciertos pasajes. Y me da pena.
Literatura guácala.
Así que una revista más, otra novela, todo eso en medio de una hermosa-bienllenada-afable biblioteca. Honestly, ¿tiene sentido?
A huevo.
Literatura amor.

Por las mañanas, en San Agustín, Toscana nos tallerea. Leo mi cuarto capítulo. Pynchón propone que haga caso omiso de los comentarios adultos: gap generacional, dice. Toscana me da una madriza línea por línea y entonces me siento genuinamente agradecida por primera vez desde que empezó el taller en Oaxaca. A Lucía le gusta el nombre de la tortuga, pero ése ni lo inventé yo, sino Tryno porque sí, señoras y señores, es oficial: ahora hago capítulos por pedido. A Astari le parece que abuso de los infinitivos, a DaJandra que de los adjetivos, a Efraín que de la confianza en el lector. El guapo cuyo nombre ignoro apunta que mi personaje es un “procrastinador”. Al día siguiente debo preguntarle qué es eso y me explica: alguien que pospone todo. Entonces me siento genuinamente agradecida por segunda vez: aprendí la palabra que mejor me describe en el diccionario entero. Sólo que hoy la busqué. No está en el diccionario. Al final, de todos los comentarios me quedo con uno, el del tío Freddy: “todo va bien si lo que quieres es hacer una novela para un taller literario…”
Literatura cachetada.

Así el escozor de este fin de semana: literatura amor, mundillo literario guácala.

Sigue el fin y la lluvia y las conferencias y las fiestas. Nota grupi: vi a los Cojolites en vivo!!!
Da Jandra sigue gritando. En bonche, en público, los intelós (((nota: por qué los escritores, solos en el podio, van siempre en bonche? ¿por qué llenamos de citas nuestros textos? Joder, soy igualita))) se quejan de su recorrido: “vimos a cientos de maestros y ninguno tenía un libro”. Agh. Me dan un poco de asco. No soy igualita. Para disimular me voy sola por las calles y ¿qué hago? Compro un libro. Soy igualita. Entro a los Cuiles y ordeno un helado porque hace frío y siempre me gustaron los helados cuando hace frío. Me pongo a leer. Contra la gente-libro, libros.

Hice un cálculo: sólo he leído un optimista 8 por ciento de los libros que poseo. Además de floja, soy consumidora de libros de linda portada, y fetichista. ¿Es contradictorio querer hacer libros y ser tan mal lector? Probablemente. Por otra parte me vale madres porque me importa Anastasia Krupnik, y todo lo que venga de Pennac, y a partir del Ejército Iluminado, todo lo que venga de Toscana y sobretodosobretodosobretodo, hace tiempo nada me emocionaba en materia lectura como el libro que compré ese día: “Extremely loud & incredibly close”, de Jonathan Safran Foer. Estoy enamorada.

Suelo pensar que escribo por todas las viejas razones: porque no sé hacer otra cosa, porque es el único lugar en que no soy un gran manojo de inseguridades, porque odio los domingos, porque sé que los tres libros que sí leí enteros sí me hicieron lo que soy. Bla.

Luego leo este libro y entiendo otra de las razones: escribo también porque fantaseo con lograr lo que logra en dos patadas el cabrón de JSF: Tener a alguien en la orillita de su silla, los ojos en mis párrafos, el cuerpo netamente dividido entre la carcajada y la lagrimita.

Eso es todo.

Escribo soñando con partir a alguien en dos.

(Y sí, hay quien descubre su sueño y luego, en vez de darle a eso, se pone a escribir en el blog.)

El procrastinador, ése soy yo.



Posdata: Felipe (quien me ha pedido que lo llame "estimado editor" siempre que me dirija a él) se burló de mi blog: a) del nombre (porque esconde) y b) de que -como el 98% de los blogs en México, según sus cuentas-, el mío no será más que un diario quejumbroso, azotado y adolescentil.

Pinche Fela, bien que me conoce.
 
dijo Laia Jufresa en punto de las 02:02 ¤