...y por las autopistas de la libertad
nadie se atreve a conducir sin cadenas.
(Sabina)
Georges Perec tuvo durante años un proyecto llamado
Lieux (Lugares) que, como todos sus viajes, partía de un esquema cuasi matemático; el tipo de
contrainte (¿regla? ¿obstáculo? ¿amarre?) que -creo yo- cumple una feliz y ambigua función: reduce el intimidante horizonte de la hoja en blanco hasta volverlo conciso, amable, aparentemente más abarcable mas no por ello finito. Un tipo de encarcelamiento peculiar: uno que otorga libertad. En otras palabras, el tipo de jueguito hiper clavado en la textura, "oulipiano", que siempre me ha fascinado.
El planteamiento de
Lieux era el siguiente: Perec eligió 12 lugares muy concretos en París (una banca en cierta esquina, por ejemplo) y luego había de visitarlos una vez al año -en la misma fecha- durante 12 años. Y escribir dos textos por cada visita: una por así decirlo
in situ, otro a partir del recuerdo de la visita (ignoro cuánto tiempo después). Esto es: al final de los 12 años hubiera tenido 24 textos por cada sitio; 288 textos en total. Una crónica a triple partida: la de la evolución del lugar a través del tiempo, la de la ficción que es siempre la memoria, la del cronista que -él mismo siendo y no el mismo-
revisita.
Siempre he querido hacer algo así, pero sé de sobra que lo abandonaría. (Me reconforta que Perec lo abandonó también). Lo he intentado en un par de sitios: el Parc Montsouris (una visita semanal) y, más recientemente, un café diario a la misma hora en la esquina de mi bodega. Hoy voy a ir a la cineteca, a ver el primer capítulo de una película de Fassbinder (
Berlin Alexanderplatz) cuya proyección durará una semana. Es decir, porque tiene 13 capítulos y un epílogo, la proyectarán dividida en 6 partes.
Quiero estar pensando en la película al ver la película, pero algo en mí oye "repetición" o "rutina" -aunque sea ir al cine- y sólo puede tolerarlo si se torna en proyecto perequiano: un comentario diario a la película, la crónica de cuántos espectadores aguantaron la semana entera, etcétera. Algo en mí tiende a la
contrainte.
Prometería postear lo que escriba después de cada proyección, pero algo en mí tiende al abandono.